viernes, 12 de marzo de 2010
siempe.
Hace años conocí a una persona muy especial, de pequeñas pasábamos las horas juntas, disfrazándonos, siendo las princesas de un mundo que nunca existió, yendo a hoteles de seis estrellas hechos sólo para nosotras, haciendo bodas de ensueño con vestidos hechos con cortinas, también siendo profesoras y castigando a los niños en el rincón de castigo. Ahora parecerá una tontería pero en esas cuatro paredes, pasábamos las horas, no necesitábamos a nadie.También tuvimos nuestras escapadas de casa (con zapatillas de estar por casa incluidas), no queriendo ver a los chicos de los petardos y si los veíamos, correr.Nos hemos quedado hasta encerradas en el merendero de la puerta verde y pensábamos que nos teníamos que comer la peras en almíbar de la abuela y dormir en cartones…Pero fuimos creciendo y pasamos por baches, pero sólo para demostrarnos que nuestra amistad será para siempre.Ya no jugábamos, pero nos encerrábamos en la habitación y hablábamos horas y horas, el tiempo se nos pasaba volando, las horas se nos hacían minutos y los minutos segundos…Un verano, el verano, estuvimos 21 días, sí 21 perfectos e inolvidables días en Alicante, por las noches hablábamos durante horas, por las mañanas playa y esos paseos largísimo pasando por el hotel El Cabo y contando mil historias, nos hacíamos bocatas enormes de nocilla y escuchábamos canciones absurdas de RBD, pero que nos sacaba esa sonrisa. Nunca olvidaré las escapadas nocturnas a por zumito, ni el adosado, ni la patera, ni los planes de hacer deporte que nunca cumplimos, ni el PINKY PRIMIS ese PINKY PRIMIS único y para siempre.Cuando nos hicimos más mayores pasábamos los horas en el baño preparándonos para salir, pero esas charlas nunca faltaron, ni faltaran da igual donde fueran o la hora que fuese. Hasta en el armario metiendo dos hamacas de cuando éramos pequeñas y comiendo chocolate, dejando el papel escondido.Y siempre hechándonos potingues en la cara, haciéndonos estropicios y sesiones y sesiones de peluquera.También nuestros enredos amorosos, que tú me secabas las lágrimas, esas lágrimas que no dejaban de salir, porque tú siempre me has ayudado, gracias por no fallarme nunca y por esa frase que nunca olvidaré...”Si supiera lo que te está haciendo” no me preguntes porqué, pero siempre la recordaré… como cada momento a tu lado.
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